jueves, 21 de septiembre de 2017

Resumen y reflexiones de la clase 3



El contenido de la última clase trataba supuestamente del concepto de PLE. Espero que, si no lo conocíais, se consiguiera que este concepto un tanto abstracto cobrara algo de significado concreto. Es obvio que siempre se han usado herramientas para aprender (libros, experimentos, enciclopedias,…). Pero este concepto gana importancia con el uso generalizado de tecnologías informáticas, puesto que amplía mucho el repertorio de posibilidades. Hoy en día, en mayor o menor medida, todos hemos incorporado alguna de esas posibilidades a nuestra manera de aprender, esto es, todos tenemos un PLE. El objetivo era hacerlo consciente, puesto que esto conlleva casi siempre el mejorarlo y ampliarlo. Si además lo compartimos entre todos, como haréis al publicarlo en vuestros blogs, podemos aprender unos de otros, descubriendo nuevas estrategias y herramientas para añadir a nuestro PLE y así conseguir la meta importante: hacer nuestro aprendizaje más eficaz y fructífero.


En cuanto al desarrollo de la clase, no fue tan uniforme como en los días previos, en el sentido de que no todos estabais haciendo las mismas actividades. Algunos, recién incorporados, empezasteis por poneros un poco al día sobre la asignatura; otros, la gran mayoría, dedicasteis un tiempo a la tarea inacabada del día anterior; algunos pasaron enseguida a realizar la actividad del PLE… Esta situación, diferentes alumnos que están en diferentes momentos de su aprendizaje, es la normal e inevitable en todo tipo de grupos. Lo que ocurre es que cuando se emplea la clase magistral no es tan evidente, puesto que el profesor marca un ritmo que, en principio, siguen todos los alumnos. Ahora, sólo en principio, puesto que no es raro que muchos alumnos no puedan seguirlo y se queden atrás. El problema es que en ese escenario es fácil y muy tentador no darse por enterado o asumir que es responsabilidad única del alumnado el mantenerse al día. Con otro tipo de metodología, como la empleada en nuestro caso, es más evidente y más fácil el que cada alumno pueda seguir el ritmo que él necesite. Pero tampoco hay que caer en el extremo de no marcar hitos temporales en los que haya que tener terminados ciertos aprendizajes. Esto impediría que se pudiera trabajar en grupo, poner en común el proceso y el resultado e interactuar en el conjunto de la clase. Y, en mi opinión, esta componente no puede faltar en esta metodología si se desea aprovechar todo su potencial.
Tomada de CeDEC
En un momento dado, os pedí que para hacer la tarea 4 formaseis grupos de tres o cuatro personas, evitando coincidir con los compañeros con los que os habíais colocado para hacer tareas previas. Esto os causó una cierta incomodidad y os obligó a dedicar un tiempo a organizaros de esta nueva manera. Precisamente este era el objetivo que pretendía.
Por un lado, quería reforzar la reflexión que os esbozaba en la clase anterior sobre la facilidad que tenemos los humanos en establecer “zonas de confort”, todos tendemos a situarnos siempre en el mismo sitio que el primer día, a trabajar siempre en el mismo grupo. Así, cuestiones totalmente casuales acaban tomando una importancia mayor de la que se les supondría. El profesor debería preocuparse de que sus alumnos interaccionen con todos sus colegas, porque de todos puede aprenderse según sus características personales únicas y porque es también parte de su rol evitar que se creen círculos cerrados que puedan aislar a determinados estudiantes. Ya comentamos brevemente con anterioridad la importancia de cómo formar equipos de trabajo, especialmente entre los adolescentes para quienes la relación con sus semejantes es uno de los temas que más les ocupa y preocupa. Sin embargo, es un aspecto que muchas veces se toma a la ligera o se deja totalmente al libre albedrío de los alumnos.

Por otro lado, también quería que vivieseis, siquiera ligeramente y por unos pocos instantes, la situación de ser alumnos realizando una tarea para la que el profesor ha indicado sólo cuál debe ser el resultado final, sin instrucciones específicas para el proceso. La sensación habitual es de que “se pierde el tiempo” aclarándose y gestionando una situación más o menos difusa (formar los grupos) en lugar de dedicarse a realizar la tarea realmente importante (la búsqueda de recursos para enseñar Tecnología). En mi experiencia esto es siempre así, si las instrucciones para la labor son detalladas y claras se avanza más rápido al objetivo final, normalmente centrado en un contenido específico y concreto que nuestros alumnos deben aprender en nuestra materia. Pero también es cierto que ese contenido puede ser menos útil para ellos a largo plazo que el aprender a autogestionar su tiempo, a tomar decisiones, a consensuar en grupo, a concretar acciones específicas ante un objetivo más general y ambicioso… Tendremos que decidir como profesores cuáles son nuestras prioridades, cuáles son los objetivos realmente importantes de nuestra labor. Pero, cuidado, nuestros alumnos pueden sentirse muy frustrados y desmotivados si no ven avances concretos, objetivos cumplidos y logros patentes, sean más o menos importantes o útiles. La sensación de ser capaz de hacer algo que antes no se sabía es maravillosa y la mejor manera de despertar el anhelo de saber más. No debemos privar de ella a nuestros alumnos y es más fácil conseguirla con algo concreto aunque tan “poco práctico” como hacer una derivada, que con algo difuso y poco comprobable como “aprender a automotivarse en actividades no dirigidas”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario